¿Por qué debería pasarme a la dieta paleo?

Recientemente US News y World Report lanzaron su ránking anual de las 32 mejores dietas para adelgazar y con objetivos saludables. La dieta paleo quedó la última. Y aún así la recomiendo a mis pacientes y a aquellos que quieren mantener la salud y mejorar su composición corporal. ¿Me he vuelto loco o soy un cabezota? Ni una ni otra. Voy a exponer por qué sigo pensando que la dieta paleo debería estar en el «top» del ránking de dietas.

Los expertos que realizaron la revisión estimaron que la dieta paleo consistía en verduras y carne magra.

Realmente la dieta paleo consta de una gran parte de verduras, tubérculos y frutas, carnes magras y grasas, pescado blanco y azul, semillas y frutos secos, e incluso pequeñas de raciones de otros alimentos no-paleo como los lácteos frescos, el chocolate negro, el arroz o el alcohol cuando son bien tolerados.

Si comparamos la dieta paleo con la dieta mediterránea podemos comprobar lo parecidas que realmente son. Debemos entender que esta última, en la actualidad y lamentablemente, no es la dieta habitual en los países del mediterráneo a pesar de su nombre. La dieta mediterránea fue la cuarta mejor dieta del ránking, y al contrario de la creencia general, no es una dieta baja en grasas y rica en cereales y legumbres, ya que se basa en alimentos grasos como el aceite de oliva, el pescado azul, los lácteos y los frutos secos.

La dieta paleo elimina los alimentos que menos nutrientes aportan como los cereales y las legumbres y los sustituyen por alimentos más densos en nutrientes y más saciantes (estudio de densidad de nutrientes en alimentos comunes). La dieta paleo es más saciante por caloría que la mediterránea. Es muy fácil pasar de una dieta mediterránea a una paleo.

Otras dietas clasificadas como «mejores» en el ránking (#13 Slim Fast) están basadas en suplementos fabricados con un gran número de sustancias de las cuales desconocemos sus efectos a largo plazo, y algunas de ellas aún están en juicio como sospechosas de causar cáncer y diabetes. ¡Tu dieta no debería matarte!

Ventajas de la dieta paleo

Si hay algo define esta alimentación es que no requiere limitarse a alimentos sosos, sin sabor, plastificados y bajos en sal y grasas. La mayoría de alimentos paleo son ricos en nutrientes y sabor, variados y recompensantes, lo cual hace que la adhesión a esta dieta sea muy superior a la de las que se puntúan como mejores (DASH y TLC), basadas en alimentos bajos en grasa, sal, colesterol y sabor. Además de los alimentos apetitosos, la dieta paleo no precisa de calcular cocientes ni de contar macronutrientes como otras.

Por ejemplo, las dietas Atkins o South Beach requieren el contaje y disminución de carbohidratos así como los de grasas de la Ornish o TLC. Lo cual me lleva a la siguiente reflexión:

¿Cómo pueden dietas que están contiguas en el ránking hacer recomendaciones macronutricionales diametralmente opuestas?

Además, en la dieta paleo no es necesario eliminar alimentos tan sabrosos como los huevos o la carne roja, tan solo vigilar su procedencia. Y esto nos lleva a una inconveniente de la dieta paleo, su coste económico. Lamentablemente parece que vivamos en el mundo al revés, un mundo en que vivir sano es lo más caro. Los alimentos frescos y de origen ecológicos son más caros, las verduras sin fertilizantes son más caras, hacer deporte te puede suponer una multa, no hay ayudas de ninguna institución para realizarlo… Aún así, no veo una mejor forma de invertir el dinero que en alargar la vida y preservar la salud durante toda ella.

Cientos de años de experiencia la avalan

Los estudios realizados en las pocas comunidades cazadoras-recolectoras que aún persisten, demuestran la práctica ausencia de obesidad y de enfermedades crónicas como diabetes o cardiovasculares. Y cuando se compara con otros dietas en estudios controlados, la dieta paleo muestra mayores mejoras metabólicas y pérdida de peso que otras como la mediterránea o la nórdica.

Má allá del concepto de dieta, considero a la alimentación paleo una combinación de sostenibilidad medioambiental y de eficacia en la mejora de la salud global. Todo esto no exime a los investigadores a seguir introduciendo mejoras y modificaciones en el marco de la dieta paleo, evitando caer así en el dogmatismo, y alejándose de la charlatanería interesada que decide establecer un ránking de cómo alimentarse para estar más sano. El que quiera entender que entienda.