Mitos y realidad sobre la carne roja

Lo más probable es que contestes que es debido a su alto contenido en grasas (saturadas). O en colesterol. O porque has oído en la prensa que aumenta el riesgo de cáncer. O de infarto. O porque has visto un documental en el que deportistas famosos que dejaban de comer carne aumentaban su rendimiento. Incluso si has seguido la campaña anticarnívora recientemente habrás oído hablar de su contenido en TMAO.

Mitos y realidad sobre la carne roja

Bueno, pues vamos a analizar y revisar qué sabemos a día de hoy para confirmar o descartar estas ideas. Vamos allá:

«Hay que evitar la carne roja por su alto contenido en grasas saturadas y colesterol.»

La recomendación de reducir las grasas saturadas (GS) se remonta a finales de los 70 y ha persistido a pesar del creciente número de evidencias de lo contrario. Los más recientes metaanálisis no demuestran beneficios de la reducción del consumo de GS en la enfermedad cardiovascular y la mortalidad. De hecho, algunos estudios encuentran una relación inversa con los infartos.

Aunque la carne roja, las lácteos enteros o el chocolate producen un aumento del colesterol LDL (comúnmente conocido como “malo”), estas partículas de LDL son más grandes y menos densas, y no se relacionan tan estrechamente con la enfermedad. De hecho, los efectos de los alimentos sobre la salud dependen en gran medida de la matriz de macronutrientes del alimento y no de los componentes aislados. Así, los lácteos enteros, las carnes no procesadas y el chocolate negro no han demostrado un riesgo asociado de enfermedad cardiovascular por lo que no hay evidencias para limitar su consumo.

Nota: aunque suene increíble, el consumo de alimentos ricos en colesterol no tiene efecto significativo en el colesterol circulante en el 75% de la población; en el otro 25% (hiperrespondedores), produce un moderado aumento en los distintos tipos de colesterol y por lo tanto no modifica los cocientes LDL/HDL o HDL/total, no representando un aumento del riesgo.

«Hay que evitar la carne roja porque aumenta el riesgo de infarto.»

El riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular como un infarto está en estrecha relación con el perfil de lípidos (colesterol y triglicéridos) circulante. Como hemos visto anteriormente, la carne no procesada, no sólo no empeora este perfil del colesterol sino que puede disminuir el riesgo en algunos casos. Una vez visto que las conclusiones de cada vez más estudios apuntan en este sentido, la maquinaria anticarnívora ataca de nuevo subiendo a la palestra a un nuevo acusado: el TMAO.

Según estos autores, esta sustancia presente en la carne roja aumenta el riesgo de infarto y por lo tanto debería ser evitada. Sin embargo, lla mayoría de estudios sobre TMAO están realizados en ratones y el que se realizó en humanos, utilizó un suplemento de TMAO en lugar de alimentos reales, La absorción de suplementos de TMAO es completamente distinta a la de los alimentos enteros.

Por otro lado, la carne no es de largo el alimento con mayor cantidad de TMAO. Los pescados, los guisantes, la patata, los cacahuetes… todos ellos tienen un contenido superior en TMAO y sin embargo no son acusados de aumentar el riesgo cardiovascular.tmao

«He leído/oído que la carne roja provoca cáncer.»

  Los estudios que han sido publicados recientemente hablan de la carne procesada (no la carne roja) y el riesgo de cáncer de colon. De hecho, los resultados de los estudios son irregulares en cuanto a la localización en el intestino y la cantidad de carne roja consumida (el riesgo debería aumentar con el consumo de carne y no lo hace, es más, incluso se invierte), lo cual hace pensar en la presencia de otros factores que afecten la relación.

El riesgo relativo al que llegan los autores es de 3 casos extra de cáncer por cada 100.000 personas, un riesgo relativo muy pequeño. Estos datos representan asociaciones pequeñas (en ningún caso causa-efecto) y su cercanía a 1 (sin riesgo) indica que otros factores podrían estar asociados en esta asociación. De hecho, el consumo carne roja se asocia con el tabaquismo , el consumo de alcohol, el sedentarismo; el de hot-dogs y hamburguesas se asocia con un mayor consumo de patatas fritas, alcohol y batidos azucarados. Aún así, los estudios estudio no estratifican el riesgo según el consumo total de azúcares.

«He visto un documental en que deportistas de élite mejoraban su rendimiento al dejar de comer carne.»

Se ha escrito y criticado largo y tendido a este documental en concreto. Se trata de un documental en que aparecen testimonios de celebridades y deportistas famosos afirmando su mejoría en el rendimiento al pasar a una dieta vegana o vegetariana. Simplemente, me gustaría que reflexionemos sobre lo siguiente: estas personas pasaban de una dieta omnívora, rica en carnes y asociada a otros productos procesados, a una dieta con presencia abundante de vegetales, de alimentos reales, de alimentos densos en nutrientes y de otras fuentes de proteína. Parece razonable pensar que no es el abandono de la carne sino la adición de alimentos densos en nutrientes los responsables de esta mejora. Para poder acusar a la carne de los efectos perjudiciales que le atribuye el documental, habría que volver a incluirla dentro de una dieta densa en nutrientes y comprobar qué pasa.

 

Referencias:

Astrup A, Magkos F, Bier D, et al. Saturated Fats and Health: A Reassessment and Proposal for Food-Based Recommendations. J Am Coll Cardiol. 2020 Aug, 76 (7) 844–857.https://doi.org/10.1016/j.jacc.2020.05.077

Djoussé L, Gaziano JM. Dietary cholesterol and coronary artery disease: a systematic review. Curr Atheroscler Rep. 2009 Nov;11(6):418-22. doi: 10.1007/s11883-009-0063-1. PMID: 19852882.

Robert H. Eckel, MD, FAHA, Co-Chair, John M. Jakicic, PhD, Co-Chair, Jamy D. Ard, MD, Janet M. de Jesus, MS, RD, Nancy Houston Miller, RN, BSN, FAHA, Van S. Hubbard, MD, PhD, I-Min Lee, MD, ScD, Alice H. Lichtenstein, DSc, FAHA, Catherine M. Loria, PhD, FAHA, Barbara E. Millen, DrPH, RD, FADA, Cathy A. Nonas, MS, RD, Frank M. Sacks, MD, FAHA, Sidney C. Smith, Jr, MD, FACC, FAHA, Laura P. Svetkey, MD, MHS, Thomas A. Wadden, PhD, and Susan Z. Yanovski, MD
Landfald B, Valeur J, Berstad A, Raa J. Microbial trimethylamine-N-oxide as a disease marker: something fishy? Microb Ecol Health Dis. 2017 May 19;28(1):1327309. doi: 10.1080/16512235.2017.1327309. PMID: 28588431; PMCID: PMC5444358.

14 comentarios en «Mitos y realidad sobre la carne roja»

    • Cada quien con sus gustos, pero no ignores los estudios que demuestran los riesgos de consumir demasiada carne roja. Cuidar nuestra salud es importante. ¿No crees? 🤔

    • Respeto tu gusto por la carne roja, pero es importante considerar los efectos en nuestra salud y en el medio ambiente. Hay muchas alternativas deliciosas y nutritivas. ¡Podrías probar algo nuevo y sorprenderte! 🌱🌍

    • No estoy de acuerdo contigo. La energía se puede obtener de múltiples fuentes, no solo de la carne roja. Hay muchas opciones saludables y sostenibles como las legumbres y los alimentos vegetales ricos en hierro. ¡Amplía tu perspectiva!

    • ¡Claro! Porque ignorar los efectos negativos en la salud y el medio ambiente es lo más sensato. Sigamos disfrutando de un asado a pesar del impacto que tiene en nuestra salud y en el planeta. 🙄

    • Pues, amigo, siempre habrá opiniones encontradas. Al final, confía en tu sentido común y en la moderación. ¡Disfruta de la carne roja con responsabilidad y no te dejes llevar por modas pasajeras! 🍖🤷‍♀️

    • ¡No subestimes el poder de una alimentación basada en plantas! Muchos atletas de élite han mejorado su rendimiento al dejar de consumir carne. ¡No es cuento chino, es una elección inteligente!

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